Ciertos ciclos


"Saber lo que fui, para saber lo que soy."
A. Pérez-Reverte

Supongo que de eso van las reflexiones cuando la luna, impasible y descarada, se cuela por tu ventana en una visita non grata, incómoda, pero no por eso inesperada. Dicen que sus ciclos afectan los líquidos, atrayéndolos, y es verdad que su presencia me pone de un ánimo particular. Pero somos viejas conocidas de esas madrugadas en blanco que se repiten cada cierto tiempo.

Ciclos, algunos claros y obvios, otros meramente convencionales; necesidad de contar el tiempo pasado, de poner hitos en el camino de la vida. Hechos, momentos devenidos en marcas, en antes y después.

Como aquel saludo de buen viaje, igual a tantos otros, que sin embargo es una marca grandísima, enorme, en mi vida, un nos volveremos a ver muy, muy largo. Vacío, infinita sorpresa, sinsabor y por último posibilidad y voluntad de ser yo misma a contracorriente de lo que los demás digan que una debe ser. Segura de que es la única vía a seguir, haciendo las cosas con oficio, con calidad y compartiendo ese tesoro que es el tiempo con la gente que quiero. Esas pequeñas cosas que aprendí con el ejemplo hace ya tanto que parece un simple parpadeo.

Plop!


- Amigo alto y de aspecto flaco: ¡Oye por fa una Pilsener!
- Amable mesero: ¿Light?
- Amigo alto y de aspecto flaco: Naaa, a mí sí me hacen falta gorditos.

En esto creo...


"If you are lonely when you are alone,
you are in bad company."

-Sartre

Grupo de consumo "Pisto ecológico"


Asociación Pisto Ecológico
Pisto es una asociación que vio la luz por primera vez el verano de 2008, reuniendo a un pequeño grupo de gente para plantear la creación de una asociación de consumidores de productos locales y ecológicos unidos en la idea de querer alimentarnos con productos que no perjudiquen nuestra salud ni nuestro entorno.



Desde la asociación,  gestionamos una compra en común de productos ecológicos con el fin de administrarnos alimentos saludables y con ello potenciar de alguna manera la agricultura y ganadería ecológica de la provincia.

Nuestro fin principal es generar una demanda para generar una oferta, apoyando en la medida de nuestras posibilidades a productores de la provincia de Cuenca, a producir y fabricar productos ecológicos. 

Primamos productores pequeños que autogestionen su producción, de forma directa con el consumidor, para que puedan vender su producto a un precio digno, sin pasar por intermediarios que inflan los precios antes de llegar a los hogares.

Comida campera y taller de espantapájaros en el
huerto de nuestros productores de Molinos de Papel
Los productores que nos abastecen no son entes difusos ni desconocidos camuflados en marcas comerciales, sino que son ya amigos nuestros que nos enseñan como hacen sus productos, donde los producen, que nos manifiestan sus inquietudes.
Funcionamos entre los asociados, encargándonos nosotros mismos de gestionar y recibir los pedidos de forma voluntaria.

Nos comunicamos entre nosotros a través de una lista de correo de google groups y tomamos las decisiones importantes para la asociación entre todos en nuestras reuniones mensuales, que llevamos a cabo todos los jueves finales de mes a las 18.00, en nuestra sede.

Actualmente tenemos sede en la 3ª plata del edificio del Mercado de Abastos, en Plaza de España.


Última de espadas y dragones

Sir Patrick McNee
Sir Patrick McNee abrió los ojos y vio sobre sí el enorme cielo y la inabordable altura. Se apoyó sobre la diestra, que aún sostenía la espada, y se incorporó. Se puso de pie. Miró a su alrededor y vio el cuerpo del dragón que comenzaba a descomponerse imperceptiblemente. Miró en su mano la espada y no supo qué hacer con ella. La envainó. Sus leales perros le lamían los flancos, la siniestra lánguida, las piernas heridas. Caminó en círculos un buen rato. Reparó en el sol, en las sombras y en el líquen que crece en los troncos de los árboles. Escogió un rumbo. Partió hacia el oeste, de vuelta a la tierra de los druidas, a pie, seguido por los perros y por doce fantasmas.

La doncella

La doncella soñada por los druidas vió el combate desde el hueco de un árbol. No sintió nada cuando la espada apagó el corazón del dragón. Se quedó muda, inmóvil, pétrea, corazón de un árbol. Cuando vio a McNee incorporarse, sintió la dura quietud del odio. No dijo nada, pero advirtió los fantasmas que seguían al caballero. Escogió un perro, el que parecía más bravo. Cuando McNee se desdibujó en la foresta, salió de su escondrijo y caminó hacia el oeste.

El encuentro

McNee trastabilló o tropezó con una raíz. Sus piernas flaquearon y cayó. Quedó tendido entre el musgo y la humedad, respirando a duras penas, rodeado por los perros. La doncella se acercó a él, los perros no aullaron, pero tampoco agitaron los rabos. La mujer giró el cuerpo del caballero, le sostuvo la cabeza y le volcó agua en la boca. Los fantasmas se alarmaron, se entremezclaron en remolinos confusos, en haces de nada en agitación. La doncella lavó las heridas. Quieren estas leyendas una cura, un cuidado y un amor que hagan más brutal la venganza.

Los perros
El amor no es nada más que dos soledades y dos rencores reunidos en un único relato. La doncella acompañó a McNee. Los perros cazaron jabalíes, los fantasmas guiaron a los perros, los jabalíes nutrieron los cuerpos del hombre y la mujer. Cogieron al poco tiempo, con la independencia con la que cogen los cuerpos, porque estaban solos, porque eran un hombre y una mujer, porque habían compartido comidas, y porque se habían resguardado del frío. Con esa misma ausencia la mujer enloqueció al perro, con método y paciencia, gesto sobre gesto, humillación tras humillación. El perro finalmente la atacó y McNee se interpuso. Presos de su instinto, todos los perros se unieron al ataque. El hombre que había matado a un dragón, quiere esta leyenda, fue despedazado por una jauría rabiosa. La mujer vio todo sin sentir nada. Tomó la espada caída y mató uno a uno a los perros saciados. Parecía incandescente.

Los fantasmas
Doce fantasmas se arremolinan en haces de nada en agitación. Rodean a la mujer, que los percibe y enloquece. Se oculta en el hueco de un tronco, corazón de árbol. Los fantasmas la esperan. Cuando la mujer sale, la rodean, le susurran recuerdos al oído, le cuentan historias de espadas y dragones. La mujer corre desesperada, huye de los murmullos insistentes, tropieza con las raíces. Se oculta otra vez en el hueco de un tronco. Ya no sale. Los fantasmas la esperan. La mujer muere de hambre y de insomnio.

La espada
Permanece clavada en el cadáver de un perro, amenazada de herrumbre.